Algunos peces tuvieron la suerte de ver el mar, y por un momento supieron quiénes eran, al 100%.
Una pequeña pecera; el aislamiento, falta de memoria, y tiempo... hasta que, tarde o temprano, se convierte en nuestra única "realidad".
Y si nuestra cobardía no es suficiente para renunciar a nosotros mismos de forma voluntaria, ya están los demás para ayudarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario